* Alex Darío Rivera M.
La muestra de arte digital del artista santabarbarense Héctor Romero, denominada
“Espejismos e Ilusiones”, en su bondad estética, engloba una serie de
disciplinas creativas en las que se convoca el uso de herramientas tecnológicas
digitales y su manejo técnico y a la vez, esa propensión exquisita y ardorosa
del autor por los elementos de composición artística. Técnica y arte retozando
en una relación mimosa, en una convergencia cargada de paradojas y antagonismos
entre líneas y curvas, claros y oscuros, reflejos y sombras, fotografías y
fotoshop, realidades y fantasías, espejismos e ilusiones, donde el sentido
mental de lo que denominamos “real” se pone en entredicho, escenarios visuales
donde esa verdad aparente, solo abre la posibilidad para que sea eso: una
apariencia; una apariencia, que no obstante, no niega esa insinuación de lo
“real” a lo que seguimos aferrándonos en esa dimensión divina que albergamos
los humanos.
Cada imagen es una propuesta poética, donde lo
más importante -no solamente- es el colorido de una imagen, ni los sujetos u
objetos que lo habitan, sino los presentimientos a los cuales nos conducen los
tonos blancos y negros y sepias mayormente preponderantes en la muestra,
asimismo, esa sensación de una espiritualidad mística a la que nos invita esa
evocación histórica de la cosmovisión prehispánica en la que asumimos esa
lectura holística de que los seres humanos, estamos en la ineludible
obligatoriedad de romper con ese mezquino antropocentrismo de “creernos” los
dueños de cuanto existe, para comprender que somos solo un elemento más en la
existencia del todo, en ese sentido, esta muestra es holística y totalizadora
que se manifiesta en sus celajes grises, estrellados, amenazantes de lluvia,
pero de igual manera, esperanzadores para el campesino que espera con ella, la
ilusión de que la simiente germine, nutra y alimente. Siempre en cuanto al
contenido, la muestra no desestima la injusticia y la desigualdad humana
fortalecida desde este desastroso sistema imperante, sino que asume un carácter
de denuncia al retratar la pobreza, pero no desde esa visión lastimera y
caritativa, sino desde una dimensión solidaria, donde el artista no se
posiciona sobre el sujeto, sino que lo acompaña a su lado, desde esa lectura
que linda con lo bello, con lo esperanzador, con lo humano. No puedo dejar de
lado, el hecho de que este trabajo atisba esa característica sincrética de los
que habitamos esta tierra allende al río Ulúa, al dejar testimonio del
patrimonio arquitectónico de la región, en la que sin hiperbolizar el mensaje,
se pone en relieve el desdén y el abandono del mismo, se indaga en ese “ayer”
las explicaciones que nos permitan comprender este “hoy” y buscar la
posibilidad de un “mañana”.
De “Espejismos e Ilusiones” nos susurra al ojo,
el arte digital de Romero. En esa propuesta, como en el cine barroco, el espejo
es una ilusión eminente, de manera particular no el espejo como objeto, sino el
espejismo como efecto visual con su capacidad de crear repeticiones y dobles y,
su función de reflejar realidades e ilusiones que en ese sentido de reflejar lo
aparente, pone al descubierto “la mentira”, no la “mentira” en el sentido estricto
y literal de la palabra, sino como aseveración de un mundo que desde lo que
consideramos como “verdad”, no existe.
Pero también es interesante detenernos en el último aspecto del nombre
de la muestra relacionado con las ilusiones, acerca de ellas, llego a coincidir
con una de las más trascendentes tesis freudianas de que las obras de arte, más
allá de nutrirse de la riqueza vivencial humana del artista, buscan satisfacer
esos deseos no satisfechos del artista; en palabras menos complejas: no es el mundo
objetivo el que plasma Romero, sino, su mundo soñado. Soñado por él y que en su
bondad comparte con otros, con nosotros, con los otros.
Al referirnos que la visión estética de
“Espejismos e Ilusiones” no es más que un péndulo que oscila entre apolíneo y
dionisíaco, es un asunto meramente analógico, como el nombre mismo de la obra
del artista. En ese tópico, considero que este trabajo artístico, es Apolíneo,
en el sentido que éste, dentro de la mitología griega, es el dios que simboliza
la belleza, la medida, el canon, la regla, la manifestación acabada que
presenta el arte figurativo y que proporciona sentido estético. En este
trabajo, en este sentido de lo apolíneo, creo firmemente que ese elemento es
aportado por la fotografía recogida desde un click del disparador de la cámara,
en el que el artista asume los ideales de la mesura, el equilibrio y la
racionalidad. No obstante, el trabajo artístico de Héctor Romero, lo asocio con
el –también- dios griego Dionisios, al encontrar en él, las características de
dicha deidad helena como la alegría desbordante de vivir, el “desorden”, el
caos, lo activo anteponiéndose a lo estático, lo irracional e instintivo de
nuestra natura soslayando la razón y la lógica, esto último, incorporado desde
otro click, ahora desde ese sonido onomatopéyico del mouse de su
computador.
*
“Espejismos e Ilusiones”, nombre de la Exposición de Arte Digital que
presentará el artista santabarbarense Héctor Romero hoy 03 de diciembre en la
Casa de la Cultura de Santa Bárbara, en el marco de la celebración de la Feria
Patronal.
*Alex Darío Rivera M. Catedrático y
escritor. Email. alexdesantabarbara@yahoo.com
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