miércoles, 23 de octubre de 2013

Santa Bárbara, tierra de emigrantes




Alex Darío Rivera M.*

Históricamente, el “Patepluma” en su dinámica migratoria ha poseído la tendencia –obligatoria o voluntaria- de abandonar su terruño. Desde una óptica retrospectiva, considero –personalmente- que a pesar de que la migración se ha desarrollado como un proceso permanente en lo que hoy es el departamento de Santa Bárbara, cuatro hitos han provocado las oleadas migratorias internas más severas: 1- La edificación del fuerte San Fernando de Omoa, 2- La construcción y operación del Ferrocarril Nacional, 3- La instalación de las compañías fruteras y, 4- la aparición de las empresas maquiladoras, todas ellas, en la cercana costa norte del país.

Una fuente eficaz para determinar nuestro espíritu migratorio, es revisar los censos de las familias que habitaban la cabecera departamental de Santa Bárbara hasta la mitad del siglo anterior, de unas pocas de ellas encontramos descendientes actualmente.  La ciudad de Santa Bárbara está llena de fuereños, personas que desde una o dos generaciones anteriores llegamos de otros municipios del centro y sur del departamento –principalmente-; aunque, no es escasa la población que su cordón umbilical reposa en los vecinos departamentos de Lempira e Intibucá.

Para el año 2001, el municipio de Santa Bárbara alcanzaba el quinto lugar con los mayores porcentajes de emigrantes con respecto a la población que nacimos en él. Según dicho dato,  la emigración alcanzó el 49.8%. En palabras menos complejas: “¡la mitad de los que nacemos en el municipio de Santa Bárbara, lo abandonamos!”. De igual manera, éramos –para ese entonces- el municipio con mayor saldo migratorio negativo, o sea, donde la emigración es mayor que la inmigración; en buen castellano: “más la gente que se va que la que llega”.

¿Por qué abordar este tema?, pues sencillamente porque la información demográfica y específicamente la migratoria es útil en la planificación del desarrollo local, un desarrollo aún no visualizado por nuestras autoridades gubernamentales. La migración es una de las principales variables demográficas y mide los movimientos de la población; pero no es preciso quedarnos hasta dicha interpretación, esto nos lleva irremediablemente a otra interpelación ¿Por qué se van nuestros paisanos?

La respuesta general a esta última interrogante, quizá la encontremos adherida al reflejo de las desigualdades económicas regionales y locales que se manifiestan en las condiciones socioeconómicas de nuestra población. En este sentido, el panorama parece desalentador, la población que más emigra es la juvenil, las causas principales son la falta de espacios y oportunidades para generarse condiciones de vida digna. A pesar de no contar con un diagnóstico que nos asevere las causas, todos tenemos la convicción de conocerlas, excepto desde luego, los que administran este país y, particularmente nuestro municipio, considerando que el gobierno municipal debe ser el espacio idóneo desde donde se pueden impulsar los procesos de desarrollo.

Para dar un poco de luz y no finalizar este comentario de manera desesperanzadora, recordemos que desde siempre el santabarbarense se ha caracterizado por su trabajo, la vocación artística, el potencial intelectual y cultural, pero sobre todo, por la permanente actitud de buscar trascender auténticamente a pesar de sus limitaciones, para lo cual basta recordar a José María Tobías Rosa, Jesús Aguilar Paz, Salvador Paredes, Benigno Gómez López, Celso Reyes y Rafael Bardales Bueso, entre otros, varios de los cuales abandonaron esta tierra, pero siempre serán hijos virtuosos de ella, ya  que con su aporte han escrito páginas importantes en la historia de nuestra querida Honduras.

*Alex Darío Rivera M. Catedrático y escritor. Email: alexdesantabarbara@yahoo.com

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